Los hombres un raro ser que convive a diario con nosotras las mujeres, son difíciles de entender y de complacer, a veces basta con una cerveza, silencio, el control remoto del televisor y un buen partido, pero otras que no basta con nada, le damos todo y simplemente no basta.
Tienen defectos, detallitos, a veces gigantes, pero también hay que reconocer que tienen sus momentos, momentos de locura o delirio, pero son esos momentos que recordamos, momentos que nos dejan sin palabras, donde se lucen con ideas brillantes, cuando dedican una canción, regalan un ramo de flores, o simplemente hacen lo que tanto les cuesta, lo que ese orgullo no les permite, abren sus corazones y dicen, no solo dicen, también demuestran eso que sienten, cuando dicen te quiero, te necesito o te extraño,… que lindo es escucharlo de sus propias bocas.
Nos pasamos la vida entera en una absurda e interminable guerra de “sexos”, nos descalificamos los unos a los otros, que el hombre trabaja, que la mujer cria a los niños… los estereotipos que van de generación en generación, de boca en boca, que el hombre no debe cocinar, que no debe hacer el aseo, que los hombres no deben llorar, por favor, seamos realistas, los chef mas grandes del mundo, son hombres, y que es eso absurdo de que no deben llorar, ellos también tienen sus corazoncitos, tienen emociones y sentimientos, aunque muy escondidos pero los tienen, cuantas veces, nuestros hombres han sentido un dolor muy grande y no lo demuestran, por el simple hecho que ante la sociedad eso es un signo de debilidad, ¿cuantas veces? Y ¿Cuántas cargas? Han tenido que soportar bajo sus hombros… Pero no, insistimos en lo mismo, la absurda guerra de sexos, ¿para que? Para darnos cuenta que los necesitamos y que ellos nos necesitan a nosotras, para darnos cuenta lo triste que es llegar a un lugar y que no haya un solo hombre, para darnos cuenta, 5 minutos después de una pelea, cuanto los extrañamos… Si Dios creo a ambos sexos, fue para hacernos compañía, cuidarnos y amarnos, porque insistimos en pelear, si sabemos que sean niños, hombres, padres, hijos, parejas, o solo amigos no podemos vivir un solo minuto sin los hombres…
